
Las macetas para cactus o cactos son recipientes de materiales y tamaños diversos cuya función es albergar y servir de hogar a nuestras crasas favoritas.
Los cactus son unas plantas muy populares y apreciadas por su belleza, su resistencia y su facilidad de cuidado. Sin embargo, para que crezcan sanos y bonitos, necesitan unas macetas adecuadas que les proporcionen las condiciones óptimas para su desarrollo. En este artículo te vamos a contar cómo elegir las mejores macetas para cactus según sus características, sus ventajas y sus cuidados.

¿Qué características deben tener las macetas para cactus?
Las macetas para cactus deben tener unas características especiales que las diferencian de las macetas para otras plantas. Algunas de ellas son:
- El tamaño: debe ser proporcional al tamaño del cactus y al espacio disponible. No conviene elegir una maceta demasiado grande ni demasiado pequeña para evitar problemas de estabilidad, drenaje o estética. Lo ideal es que la maceta tenga un diámetro ligeramente superior al del cactus y una profundidad suficiente para que las raíces se extiendan sin dificultad.
- El material: debe ser resistente, duradero y adecuado al clima y al lugar donde se va a colocar la maceta. Hay muchos materiales disponibles, como plástico, cerámica, barro, cemento, madera o metal. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes que hay que valorar antes de decidirse. Por lo general, se recomiendan los materiales porosos, como el barro o la cerámica, que permiten una buena transpiración y evaporación del agua, evitando el exceso de humedad que puede dañar a los cactus.
- El diseño: debe ser acorde al estilo y la decoración del espacio donde se va a ubicar la maceta. Hay diseños clásicos, modernos, rústicos, originales, etc. También hay que tener en cuenta el color y la forma de la maceta, que pueden realzar o contrastar con el color y la forma del cactus.
- El drenaje: debe ser suficiente para evitar el encharcamiento y la pudrición de las raíces. Es importante que la maceta tenga agujeros en el fondo o un sistema de autorriego que regule la humedad del sustrato. También es conveniente colocar un plato o una bandeja debajo de la maceta para recoger el agua sobrante y evitar manchas o daños en el suelo.
¿Qué tipo de maceta es mejor para los cactus?
Por norma general, los cactus poseen unas raíces muy pequeñas en comparación con otras plantas, por lo que los tiestos que escojamos para plantarlos deben ser del tamaño justo para adaptarse a las raíces de la planta.
La elección del tamaño correcto es fundamental ya que, si el cactus está en una maceta equivocada, sus raíces corren el riesgo de pudrirse.
Macetas para cactus pequeños
Los cactus de pequeño tamaño son, quizás, los más extendidos entre los amantes de las crasas. Acostumbran a poblar estanterías, escritorios y mesillas tanto de hogares como de oficinas porque, ¿a quién no le hace gracia convivir con estos espinosos seres del desierto en formato mini? Sin duda, una excelente opción para regalar, incluso a personas poco duchas en el cuidado de plantas, ya que necesitan de poco espacio y riegos poco frecuentes.
Las mini macetas son la mejor opción para plantar cactus pequeños. Sus alegres y divertidos diseños son el complemento perfecto tanto para cactus regordetes como para cactus planos y alargados. Encuentra aquí la maceta pequeña perfecta y comienza a llenar tu vida de adorables cactus.


Macetas para cactus grandes
Los cactus grandes son plantas geniales para cultivar en maceta. Llaman la atención por su tamaño y por las hermosas flores que muchos producen. Por un tema de espacio, suelen estar presentes en jardines, terrazas o habitaciones de gran tamaño, donde decoran de maravilla ya desde muy jóvenes.
Para cultivar cactus grandes en tiesto necesitarás, como es lógico, de macetas con un tamaño acorde. Ofrecemos una selección de macetas para cactus grandes que harán las delicias de los amantes de las plantas king size. ¡Pasen y vean!

Macetas para cactus altos
Como comentamos anteriormente, los cactus poseen un sistema de raíces muy reducido, por lo que no será necesario que las macetas para cactus altos sean demasiado profundas.
Sin embargo, un aspecto fundamental que a menudo pasa desapercibido, es que las plantas suculentas acostumbran a tender sus raíces de forma vertical. Esto implica que las macetas para cactus altos necesiten de un buen diámetro para poder desarrollarse en condiciones. Cuanto mayor sea su diámetro, más capacidad de crecimiento tendrán los cactus. Esto si, si escoges un diámetro grande, asegúrate de que la altura sea también generosa para darle estabilidad, sobre todo con suculentas de tipo columnar.
¿Qué material es el más adecuado?

Otro de los aspectos esenciales que debe primar en la elección de tus tiestos para cactus es el material de las macetas. Existen en el mercado muchos tipos de macetas para cactus en función del material: de barro o arcilla, de cerámica, de cemento, de vidrio, de metal o de plástico, entre otros. No obstante, no todos los materiales son igual de beneficiosos para que el cultivo de los cactus prospere. Veamos las diferencias:
- El barro o terracota es, probablemente, el mejor material para fabricar macetas de cactus y suculentas. Su porosidad favorece la eliminación del agua sobrante del riego, lo que ayuda a que las raíces de la planta se mantengan siempre sanas. Otro punto a favor es que son un excelente regulador de temperatura, por lo que las raíces de los cactus estarán protegidas del sol o de las heladas. ¿En contra? Principalmente su peso, que las hace menos manejables, y que no aguantan bien los golpes.
- Al igual que el barro, la cerámica es un material adecuado para fabricar tiestos de cactus. Aunque son menos porosas, las macetas de cerámica presentan ciertas propiedades transpirables y sus colores brillantes y coloridos diseños hacen que nos resulten muy atractivas. Eso si, baratas baratas no son y también se pueden romper fácilmente.
- Las macetas de cemento o piedra retienen más la humedad de los cactus y son mucho más pesadas, aunque poseen una gran capacidad aislante que las hace muy apropiadas para temperaturas extremas. Personalmente nos parecen muy elegantes y estilosas.
- Con el plástico tenemos sentimientos encontrados: por un lado son súper ligeras, económicas y manejables, pero por otro lado no transpiran bien, se pueden recalentar si reciben sol directo y envejecen bastante mal. Un mix de maceta de plástico con un cubremacetas chulo podría ser una mejor opción.
- Las macetas de vidrio o metálicas son muy decorativas, pero su uso puede ser incluso perjudicial para los cactus. ¿Por qué? Pues básicamente porque no disponen de agujeros de drenaje, lo que nos obligaría a extremar el cuidado con los riegos.
¿Qué ventajas tienen las macetas para cactus?
Las macetas para cactus tienen varias ventajas que las hacen muy atractivas para los amantes de estas plantas. Algunas de ellas son:
- Permiten cultivar cactus de diferentes tamaños, formas y colores, creando composiciones originales y armoniosas.
- Ofrecen más espacio para el desarrollo de las raíces, lo que favorece el crecimiento y la salud de los cactus.
- Aportan un toque de personalidad y distinción a cualquier espacio, ya sea interior o exterior.
- Dan más juego a la hora de combinar diferentes tipos y colores de sustratos, piedras o adornos, creando contrastes interesantes.
- Ayudan a crear un ambiente natural y relajante, con un aire exótico y desértico.
Comprar macetas para cactus y suculentas
Ahora que ya sabes qué tipo de maceta es mejor para hacer crecer tus cactus y suculentas, solo tienes que buscar aquella que se adapte mejor a tus gustos o la decoración de tu hogar. A continuación, te mostramos nuestras macetas para cactus favoritas disponibles para comprar online.


Estas son las mejores
Te vamos a mostrar algunas de las mejores macetas para cactus:


¿Qué cuidados requieren los cactus en macetas?
Los cactus en macetas requieren unos cuidados similares a los de los cactus en tierra, pero con algunas particularidades. Algunos de los cuidados más importantes son:
- El riego: debe ser escaso y espaciado, adaptándose a las necesidades de cada cactus y a las condiciones climáticas. No hay que regar en exceso ni dejar secar el sustrato por completo. Es recomendable usar agua templada y sin cal, y regar por la mañana o por la tarde, evitando el sol directo. La frecuencia del riego depende del tipo de cactus, del tamaño de la maceta y de la época del año, pero por lo general se recomienda regar una vez cada 15 o 20 días en primavera y verano, y una vez al mes o cada dos meses en otoño e invierno.
- La luz: debe ser abundante y directa, ya que los cactus son plantas que necesitan mucha energía para realizar la fotosíntesis. Hay que ubicar la maceta en un lugar donde reciba al menos 6 horas de sol al día, preferiblemente por la mañana o por la tarde. Hay que evitar los cambios bruscos de luz y temperatura que puedan estresar o dañar a los cactus.
- La temperatura: debe ser moderada y estable, ya que los cactus son plantas que se adaptan bien a los climas secos y cálidos. Hay que evitar las temperaturas extremas, tanto altas como bajas, que puedan quemar o congelar a los cactus. Lo ideal es que la temperatura oscile entre los 15 y los 30 grados centígrados, y que no baje de los 10 ni suba de los 35 grados.
- El abono: debe aplicarse con moderación y precaución, ya que los cactus son plantas que no necesitan muchos nutrientes para vivir. Hay que elegir un abono específico para cactus y seguir las indicaciones del fabricante sobre la dosis y la frecuencia. Es preferible abonar en primavera y verano, que es cuando los cactus están más activos, y reducir o suspender el abono en otoño e invierno, que es cuando entran en reposo.
- El trasplante: debe realizarse cuando el cactus se queda sin espacio en la maceta o cuando el sustrato se agota o se deteriora. Hay que elegir una maceta un poco más grande que la anterior y con un sustrato adecuado para cactus. Hay que trasplantar con cuidado, sin dañar las espinas ni las raíces, y regar abundantemente después. La mejor época para trasplantar es a finales de invierno o principios de primavera, antes de que empiece el periodo de crecimiento.